miércoles, 9 de febrero de 2011

Lo triste e injusta que a veces es la Vida ...

 Las víctimas del choque de Vilagarcía iban y volvían de visitar enfermos en el hospital.

Ni María del Carmen Torrado ni su hija llegaron nunca al centro de salud de Vilanova ni María José al Hospital do Salnés. Sí lo hizo su hermana Teresa, herida grave en el accidente en el que perdieron la vida las otras tres mujeres.
A María del Carmen Torrado Martínez la habían operado la semana pasada. Todavía se recuperaba de la intervención, al tiempo que trataba de superar el reciente fallecimiento de su hermana, cuando a su marido lo ingresaron a causa de un cáncer.
 La noche del lunes al martes la pasó en el hospital, y ayer por la mañana su hija Sandra fue a recogerla. Lo hizo en el BMW que le había prestado su hermano. Eran cerca de las once de la mañana cuando salieron en dirección al centro de salud de Vilanova, donde la madre tenía que hacerse unas curas.
Poco antes, en A Illa se subían a un todoterreno las hermanas Pouso Cores.
Al hijo de Teresa le había dado un desvanecimiento e iban al hospital a ver cómo se encontraba. En el centro sanitario se encontraba también uno de los hijos de María José, porque su esposa embarazada tenía que hacerse una revisión.
Pero ni María del Carmen Torrado ni su hija llegaron nunca al centro de salud de Vilanova ni María José al Hospital do Salnés. Sí lo hizo su hermana Teresa, herida de gravedad en el accidente en el que perdieron la vida las otras tres mujeres. Sus hijos estaban a la puerta. A unos les murió la madre, a otros, la tía. A esa hora, otro de los hijos de María del Carmen Torrado a duras penas podía sostenerse de pie en el lugar del accidente.
Sabía que en el BMW estaban los cuerpos sin vida de su madre y de su hermana, aunque era difícil reconocerlos. «Es lo peor que vi nunca», decía un voluntario de Protección Civil de Cambados acostumbrado a ver accidentes y cadáveres. El BMW estaba prácticamente partido por la mitad. Dentro, la silla de viaje de uno de los nietos que ya no volverá a ver María del Carmen. La recuperación de los cuerpos fue lenta y difícil. Poco a poco, otros allegados se acercaban al lugar para lamentar la fatalidad que perseguía a la familia de Vilanova.
Antes de morir su hermana, María José Torrado era una mujer muy activa que colaboraba con Cáritas y con la Asociación de Mulleres Rurais, además de participar todos los años en la elaboración de las alfombras florales del Corpus. Vivía en una humilde casa de Corón con su marido y con su hija Sandra, que trabajaba en una peluquería. Deja huérfanos a otros dos hijos. Uno de ellos tiene en Ourense una empresa de compraventa de coches y trabajó también en el sector inmobiliario.

Información publicada el La Voz de Galicia el 09-02-2010
 

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