Secuelas de Accidentes de Tráfico en niños.
Publicado el abril 6, 2011 por Juan Antonio Carreras 'Carris'
Publicado por el Dr. José Cabrera Forneiro en la Revista nº 1/2011
Siempre se ha dicho que “la infancia es el patio en el que jugamos el resto de nuestra vida” y es cierto en cuanto a la educación que recibimos se refiere. Pero también está probado que esa infancia es aún una época de la vida plástica y moldeable donde el sistema nervioso está en desarrollo y “todo es posible”.
Cuando un niño padece un accidente grave incluidos los de tráfico, las secuelas más serias dependerán de los daños físicos (traumatismos craneoencefálicos, hemorragias, fracturas, lesiones internas,..etc.), y de cómo se resulte de las mismas (parálisis, impotencias musculares,..), pero el impacto psíquico no es desdeñable, sobretodo en la medida de que el niño por primera vez en un accidente percibe la posibilidad de la muerte (siempre y cuando la edad esté a partir de los 6 a 8 años), o lo que es peor se quede sin algún ser querido que le acompañaba en el vehículo por ejemplo.
Los niños quedan con secuelas psíquicas con más frecuencia a partir de los 10 años, que es una frontera en la que la madurez –si no toda si en parte- empieza a definir los sexos, las apetencias y los hábitos, por eso es muy importante estar “al loro” tras un accidente.
Conviene siempre explicar a posteriori del accidente lo que ha pasado, que no es culpa de nadie sino de la fatalidad, que “la vida sigue” a pesar de las consecuencias, que hay que aprender de los errores y hasta del azar, y siempre a un niño en palabras que entienda, y si es muy pequeño con ejemplos, cuentos o semejanzas.
Las secuelas psíquicas en un elevado porcentaje se presentan en forma de pesadillas, fobias, miedos infundados, sentimientos de culpa, tristeza por el daño sufrido, sensación de angustia y a veces queda una conducta evitativa. Pero los niños lo pueden todo, y si lo sabemos hacer mitigaremos estas secuelas con compañía, cariño y ayuda profesional.
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