RAFA CID
Existen diversos estudios sobre la seguridad de los pasos de peatones en Europa, pero todos dan como resultado que pocas ciudades se escapan de tener muchos de estos con escasa o ninguna seguridad para el peatón.
En España, la estadística del año 2008 nos muestra que de los 502 peatones atropellados, fallecieron 192 atravesando incorrectamente una vía, y 82 en el mismo paso de peatones.
El reciente caso acaecido en Sabaris, un lugar despejado en una recta, deja claro que es absolutamente insuficiente la señalización de bandas blancas en el suelo. El peatón las ve claramente, y se confía al cruzar, pero el conductor de un automóvil que se acerca sólo puede percibirlo amenos de 50 metros si no existe iluminación especial, y eso si va perfectamente atento a la conducción.
De unos vehículos a otros también hay diferencias, no es lo mismo un furgón o un camión o un todoterreno, cuyo puesto de conducción está más elevado,que el de un turismo o un deportivo, cuyo conductor va sentado mucho más bajo y por lo tanto tiene un ángulo de visión más reducido.
Recientemente ya había hablado de este tema en esta columna, pero la sensibilidad de las instituciones a las que le compete este asunto es semejante a cero.
Apuntaba que es necesaria una señalización luminosa y perfectamente visible a distancia, y naturalmente, que los pasos no estén deficientemente situados para lograr una distancia suficiente para que el conductor se aperciba y tenga tiempo de frenar. También es imprescindible que el peatón no irrumpa de repente en el paso, aunque tenga preferencia; la regla es esperar a comprobar que el conductor le ha visto.Y esto requiere campañas informativas.
También apuntaba en el pasado artículo, que en numerosos casos concurren otras circunstancias que inciden negativamente, como la existencia de vehículos aparcados en doble fila, tapando el inicio del paso.Y también esto tiene solución.
Es decir,que instalar un paso de peatones no es limitarse a pintar diez o doce franjas blancas en el suelo (que a veces están incluso borrosas y requiere mantenimiento periódico). Es necesario hacer un estudio de cada caso,e introducir los elementos necesarios para que la señalización sea perfectamente visible y proporcione la máxima seguridad a los viandantes.
Este debería ser un asunto de carácter estatal que diese paso a una norma de obligado cumplimiento en todas las comunidades y municipios, pero una vez más nos topamos con que un asunto tan importante se deja al albur de cada municipio, y en estos resulta bastante claro que no han llegado al nivel de conciencia necesario que requiere el tema.
Yo les invito a los Alcaldes y Concejales de seguridad de cada ciudad, que hagan un recorrido a pie (de día y de noche) por cincuenta o sesenta de los pasos de peatones (sin semáforo) de sus respectivas ciudades, y comprueben en propia carne, cuál es el nivel de peligrosidad.
Naturalmente sin hacer trampa cuando no pasan coches,a ver qué les parece la experiencia.
Y al Director General de Tráfico, que en lugar de dedicarse a cazar vehículos con el radar en lugares donde ni a 200 kilómetros por hora existe peligro, hagan una incursión en este asunto de máxima prioridad, a tenor de las cifras que se producen cada año.
Creo además, que debería intervenir la justicia,y cuando se produce uno de estos casos flagrantes en el que un atropello puede tener responsabilidad para el administrador de la vía, además de las del conductor, hubiese sanciones al responsable de dicha administración. Es por eso que debería haber una normativa específica nacional,para que la ley pueda actuar si el responsablede la vía no ha cumplido con el cometido que le corresponde.
Pero como siempre,no harán nada.
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