lunes, 8 de noviembre de 2010

CRISTIAN. UN CHICO DE VALLADOLID






Hace 4 años, 6 meses y X días tuve la suerte de conocer a un chico encantador, divertido, cariñoso e interesante que se convirtió en el amor de mi vida. Cristian era una de las mejores personas que he conocido y conoceré. Entre otras virtudes, tenía la de ser alguien que hacía lo que fuera por los demás. Era capaz de cualquier cosa por las personas que realmente le querían. Y, aún por quien no conocía, era alguien siempre tan servicial, tan atento, que no hacía falta ni pedirle las cosas. Antes de pensar que necesitabas algo, él ya lo estaba haciendo. Como ocurrió el día en que nos lo arrebató un niñato de familia con dinero y sin escrúpulos.
Ese día Cristian, tras haber aprovechado bien una noche de fiesta, cuando esta ya tocaba a su fin, conoció a una chica, Sara, que no era de Valladolid y que esa mañana tenía que coger un tren sin saber muy bien como llegar a la estación. Bastó comentarlo para que Cristian se ofreciera a acompañarla sin esperar nada a cambio, en un acto de generosidad tan propio y habitual en él. Fueron caminando tranquilamente, disfrutando de una conversación agradable, parándose en cada semáforo pues no tenían prisa. Pocos metros les quedaban para llegar a su destino cuando atravesaron un paso de cebra que esperaban cruzar como tantos otros. Pero no fue así. En cuestión de segundos vieron llegar un coche a una velocidad imposible de esquivar. A pesar de ello Cristian tuvo tiempo de realizar su último acto de generosidad empujando a Sara, para recibir en su lugar el impacto mortal que acabó con su vida, salvando la de Sara. En cuestión de segundos tomó una decisión y fue salvar otra vida. No consuela pensar que fue un héroe pero, al menos, debe saberse.
Y también debe saberse que al asesino de 23 años que conducía el coche la policía no le tomó declaración en el momento, no le detuvieron y permitieron que se marchara inmediatamente a casa con su mamá que vino a buscarle, y el fiscal sólo ha pedido la retirada del carnet a pesar de que se saltó un semáforo en rojo, que superaba el límite de velocidad y que casi triplicaba la tasa de alcoholemia permitida. ¿Matar es gratis? ¿Dónde está la justicia?. A Cristian nadie va a devolvérmele pero ese asesino debería pagar una justa pena por lo que ha hecho.
Ruego que reenvíes este correo para que al menos lo sepan tantas personas como sea posible, para que, aunque nunca le conocieras, sepas que hubo un chico excepcional al que han matado con 29 años y que su último acto fue salvar la vida de una desconocida.
Si has llegado a leer hasta aquí, un millón de gracias.


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