EL ARQUITECTO GALLEGO JORRETO RECIBE EL XXVI PREMIO CELANOVA, CASA DE LOS POETAS.

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Vázquez entrega el premio "Celanova, Casa dos Poetas" a Gallego Jorreto
El académico Andrés Fernández Albalat contempla su trabajo como "un antídoto a la vulgaridad arquitectónica" y contrapunto a nuevas corrientes "falsas y extravagantes"




Gallego Jorreto con la medalla de la Fundación Curros Enríquez, con Vázquez y Mouriño. // Jesús Regal
X.M. DEL CAÑO - OURENSE El académico Andrés Fernández Albalat contempla a Manuel Gallego Jorreto como "un antídoto contra la vulgaridad arquitectónica", según indicó ayer en el acto de entrega del XXVI Premio Celanova, Casa dos Poetas. Gallego Jorreto recibió el galardón de manos del conselleiro de Educación, Jesús Vázquez Abad, en el auditorio del claustro barroco del monasterio de San Rosendo, ante la presencia del presidente de la Real Academia Gallega, José Luis Méndez Ferrín, del presidente de la Diputación, José Luis Baltar, y del alcalde de Celanova y presidente de la Fundación Curros Enríquez, Antonio Mouriño.
Vázquez Abad reconoció que Gallego Jorreto ha demostrado a lo largo de su trayectoria "su amor y conocimiento del patrimonio cultural, su visión de futuro en la propia obra creativa y, sobre todo, el compromiso con todo lo que Galicia representa".
El arquitecto de O Carballiño residente en A Coruña mostró su "sorpresa" por la concesión de un premio de estas características, teniendo en cuenta que "no hago más que lo que me gusta, y trabajo por que quiero. Mi interés por Galicia, en el fondo es visceral, en cierto modo no tiene remedio, por lo tanto quiero decir que no tiene mérito".
Gallego Jorreto reveló que hace tiempo que intenta descubrir "¿qué es lo que hace poética una arquitectura?". Y reconoce que "no es fácil de precisar", por lo que se conformó con descubrir la capacidad poética de las obras arquitectónicas, cuando la tienen, que contempla como "una energía renovadora, que las llena de vida y las hace únicas y siempre nuevas, abriendo nuestra mirada hacia datos de la realidad hasta entonces ocultos, y por lo tanto haciéndonos más libres".
Gallego Jorreto explicó que, como arquitecto, le interesan las construcciones que realiza el hombre para vivir. "Todas se hacen, porque se necesitan", para "dignificarlas" posteriormente con el uso. Y contempla el paisaje como "la gran construcción histórica y social", a la que debe de acoplarse la arquitectura.
Fernández Albalat sostiene que Gallego Jorreto ha realizado a lo largo de su trayectoria "una arquitectura profunda y serena, de una tensa naturalidad, de una pasión contenida, en la que prescinde de lo accidental y muestra la belleza de lo esencial". Albalat reconoce que Gallego Jorreto desarrolla una "arquitectura creativa, rigurosa, rica, que interroga la materia y sus leyes, a la búsqueda de espacios inexistentes, en una realidad diferenciada, en la que resplandecen las fórmulas, la luz y la vida con su encanto natural, en una hermosa epifanía". Aprecia en su trabajo, el "contrapunto necesario" a nuevas corrientes "falsas y extravagantes".